Nada sucede por casualidad, pero por alguna estraña razón tendemos a pensar así, que la casualidad es dueña de nuestra vida, y que todo lo que ella nos ofrece es fruto de la casualidad.
Quizás sea cierto. O quizás estemos todos equivocados.
***
No creo que fuera casualidad lo que me llevó a ti. Quizás los dos estábamos buscándonos con los ojos cerrados, sin saber que nos encontrariamos.
No fué casualidad lo que me llevó a tu, fuí yo, mis pasos. Anduve vagando sola por los senderos del destino, buscando algun rincón donde cobijarme de la soledad. Y este rincón son tus brazos y la soledad nunca estubo en mí, simpre supe que te encontraría. Solo tenía que andar un poco más.
Nada sucede por casualidad y es por eso que hoy pudeo decir que te tube siempre delante, estábamos espalda contra espalda, esperando el momento oportuno para darnos la vuelta y encontrarnos. Y aquel momento no fué casualidad, fué el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario