Aquella noche, hicieron el amor bajo las estrellas.
Era una noche fresca, el verano se acababa y el otoño pronto llegaría, pero bajo el frío que se aproximaba, ellos tenían calor. Se anhelaban tanto que respiraban la pasión del otro, tanto era su deseo que no podían evitar sentirse culpables, culpables por desearse, culpables por haver caído en la tentación.
Y ella, era quién se sentía más culpable. Estaba prometida con otro hombre, pero su deseo estaba en brazos de él.
La pasión la elevaba a lugares que jamés hubiera pensado que llegaría, el deseo de que él la poseyera la llevaba a la locura. Y así fue. Acabó sin su boda y loca de pasión por él.
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