Por una sonrisa tuya no se que daría, mi vida entera por un momenti de tu alegría.
Por un suspiro de amor verdadero, daría todas las estrellas si pudiera conseguirlas.
Por un instante a tu lado, le entregaría mi alma al diablo y ardería en el fuego eterno si eso pudiera acercarme a ti.
Por formar parte de tu mundo, no se que daría.
***
Un vez leí a un gran poeta, se llamaba Bécquer y aún tengo sus hermosos poemas en mi corazón.
Cuando empecé a leer, quise sentir que iban dirigidos a mí, jamás me había sentido tan amada, aún sabiendo que era falso.
Recuerdo aquella noche en que me enamoré de la poesía: una noche fresca de primavera, la luna brillaba en lo alto del cielo con sus incontables compañeras. Desde mi ventana veía el reflejo de la noche que bañaba en plata todos los alrededores.
Hoy es una noche de primavera, de las más cálidas hasta ahora, pero no sé si la luna y las estrellas brillan hoy. Desde mi habitación solo veo oscuridad y en mi mente deambulan versos de Bécquer, Neruda y cartas de amor aún por escribir.
Esta noche, como todas, como ninguna te escribo a ti.
Sé em que noche me enamoré de los versos de Bécquer, pero desconozco el instante en que me enamoré de ti.
Mis palabras de amor incomprendido vuelan hacia ti con cada suspiro de mi alma.
***
Bécquer no sabía que daría por un beso, pero yo sé que daría por una sonrisa de tu cuerpo para mis ojos. Mil instantes de felicidad por una sonrisa.
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